domingo, 18 de abril de 2010
Edad Media. Hildegarda de Bingen
Hildegarda de Bingen
Nació en Bermersheim (Alemania) el 16 de septiembre de 1098, en el seno de una familia noble. Fue la menor de diez hermanos y hermanas. Con tres años empezó a tener visiones.
A sus catorce años sus padres la ingresaron en un monasterio masculino pero que acogió un pequeño grupo de reclusas en una celda anexa bajo la dirección de Jutta de Sponheim, donde adquirió profundos conocimientos de latín, griego, liturgia, música, oración y ciencias naturales.
En 1136, cuando murió Jutta de Sponheim, es elegida como abadesa. A la edad de cuarenta y dos años, le sobrevino un episodio de visiones más fuerte, durante el cual recibió la orden de escribir las visiones que en adelante tuviese.
Con la ayuda de tres secretarios, escribió no sólo lo que veía sino también lo que oía. Hildegarda compuso setenta y ocho obras musicales, agrupadas en Symphonia armonie celestium revelationum: 43 antífonas, 18 responsorios, 4 himnos, 7 secuencias, 2 sinfonías (con el significado propio del siglo XII), 1 aleluya, 1 kyrie, 1 pieza libre y 1 oratorio (fascinante, pues el oratorio se inventó en el siglo XVII). Además, compuso un auto sacramental musicalizado llamado Ordo Virtutum . También escribió tratados de biología, medicina,etc.
Su música posee un lenguaje personalísimo, que rompe algunos límites de la composición litúrgica de la época y la hace reconocible.
Un comité de teólogos legitimó sus visiones y mensajes y le permitió explicarlos en templos y plazas públicas. Tal fue su fama, que llegó a ser conocida como la Sibila del Rhin. La gente la buscaba para escuchar sus palabras de sabiduría, para curarse o para que los guiara.
En 1165 funda un segundo monasterio en Eibingen, que visitaba regularmente dos veces a la semana.
Basándose en sus visiones, Hildegarda atacó seriamente contra las costumbres de la Iglesia, llegando incluso a denunciar por corrupción. Esto le valió para que al final de su vida le prohibieran componer o interpretar música en su convento.
Hildegarda murió el 17 de septiembre de 1179 a los 81 años de edad.
Cum erubuerint infelices
La abadesa Hildegarda compuso la “Sinfonía de la armonía de las revelaciones celestiales”, un conjunto de piezas litúrgicas para ser cantadas en las festividades por su congregación.
La pieza elegida es una antífona de alabanza a la Virgen.
Compuso empleando la modalidad y la notación neumática heredada del repertorio gregoriano. La simbología de los modos está especialmente presente en su obra, semitono mi-fa que es lo que caracteriza al mundo femenino y a los ángeles. Propuso unas extensiones muy amplias (de hasta dos octavas) y unas fórmulas melódicas características que no repite de forma no mecánica a lo largo de una misma pieza.
En esta antífona se dibuja una “caída” y la claridad de la voz con que María logra elevar a los hombres.
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Nunca había escuchado hablar de Hildegarda de Bingen hasta que comencé el máster de género. Un día, por curiosidad, busqué información sobre ella en Internet y además de parecerme una mujer muy interesante y adelantada a su época, lo que más me sorprendió es la cantidad de personas interesadas en escuchar sus composiciones. Desde entonces me he aficionado a escuchar su música.
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