domingo, 18 de abril de 2010
Edad media. Kassia
KASSIA Es una de las primeras compositoras bizantinas cuya obra se conserva. Nació en 810 en una familia noble, que formaba parte de la corte imperial, razón por la cual recibió una educación exquisita. Según la leyenda ayudó a los monjes y creyentes partidarios de mantener el culto a las imágenes, enfrentándose así al emperador, motivo por el que fue exiliada durante un tiempo. Otra tradición nos narra que el emperador Teófilo, llamó a las muchachas jóvenes de su corte para elegir a su futura esposa. Éste se acercó a Kassia y le comentó que las mujeres eran culpables de todos los males del mundo. Kassia le contestó que las mujeres también lo eran de todos los bienes. Teófilo no soportó tal demostración pública de su ingenio y escogió a Teodosia. Tras esto Kassia tomó los hábitos, aunque Teófilo la visitaba con frecuencia. Kassia escribió cincuenta obras litúrgicas (aunque solo veinticuatro son genuinas, mientras que el resto han sufrido retoques efectuados por músicos posteriores), 47 son troparias (breves himnos de oración), y 2 son canones . Escribió también 261 piezas literarias en forma de poemas, epigramas y sentencias morales. Veintitrés de sus himnos se cantan en la liturgia ortodoxa oficial. La mayoría están compuestos en modo de mi o de re. Escribió un himno de penitencia a María Magdalena. Este himno sigue siendo muy popular en Grecia, donde es conocido popularmente como el Tropario de Kassia y se canta en la mañana del miércoles santo. En el año 813 fundó el convento de Xerolophos, donde permaneció hasta el final de sus días.
Tropario de la víspera de Miércoles Santo a María Magdalena.
La leyenda cuenta que Kassia estaba componiendo este Tropario en su convento, cuando se anunció una de las visitas que le hacía el emperador Teófilo. Al enterarse, la monja abandonó su labor precipitadamente para esconderse hasta que el emperador abandonase el lugar. Éste vio el texto y añadió los versos que aluden a Eva en el paraíso, la cuál se escondió por miedo de ver a su Señor. Kassia decidió respetar estos versos, aunque el tema no estuviese directamente relacionado.
Esta hermosísima pieza sigue formando parte de la liturgia de Semana Santa y con el paso de los años ha ido variando la melodía. Tiene como particular un registro vocal bastante amplio para la época, de una duodécima, con una cadencia final hacia un modo una cuarta superior, remarcada por el bordón.
La música remarca el texto, haciendo un dibujo de olas en la palabra mar, un dibujo ascendente en la palabra cielo, etc. la extraña cadencia final proporciona la oportunidad de realizar un grito de auxilio, cuando María Magdalena pide al Señor que no la abandone.
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Maravillosa.
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